Realmente pasó, no estaba alucinando.
Finalmente. Después de meses de corretear, jugar, probar, al fin llegó.
Esa sensación que aparece muy de vez en cuando, cuando te desbordás, emanás sonrisas, pensamientos positivos, cuando sentís que nada falta y no sabés porque (pero en realidad sí lo sabes).
Ayer, me sentí satisfecha.
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