3 de noviembre de 2013

¿Quién nos dice cómo debemos ser?

Últimamente me paso pensando quien nos dice como debemos ser. O qué nos hace ser lo que somos. Y sobre todo, que nos hace distintos a otros. Naturaleza versus crianza, eterno dilema. ¿Somos como somos porque estamos "destinados" a terminar siendo un mero producto? ¿O hay algo mas en el medio? ¿Somos una tabula rasa esperando a ser impresa con la información del mundo que nos toca? ¿O son quienes nos rodean haciendo de titiriteros los que terminan imponiendo sus puntos de vista sobre nosotros? ¿O no será que, con todo lo anterior, tomamos lo que necesitamos y a partir de ahí salimos a la superficie?

Y, indudablemente, es un poco de todo lo anterior. En la búsqueda de la personalidad influyen demasiadas cosas como para enumerarlas a todas. En la vida pasamos por varias etapas. Personalmente, de todas aprendí algo, que al final es lo importante.

El tema surge cuando quedas estancado en una sola etapa, por el resto de tu vida. Yo sostengo y siempre lo haré, que la vida es cambio. Uno tiene que sortear diferentes estadíos para poder lograr un crecimiento. Mantenerse sin cambios es igual a no avanzar, negarte a aprender y a madurar. Nunca llegamos, sin embargo, a la madurez total supongo, pero hay ciertos valores, metas y modos que uno llega a emplear con cierta regularidad en su vida. Y es a eso a lo que deberíamos intentar llegar.

Y es por eso que no entiendo a quienes se van a los extremos. ¿Cuesta tanto lograr tolerancia con respecto a otra persona diferente a mi? ¿Crecimos en un ámbito donde nos es realmente tan difícil lograr armonía?

Me pasa, por ejemplo, con las feministas. El otro día llamó mi atención una noticia. Activistas del grupo feminista Femen irrumpieron en un desfile, desnudas y de manera violenta, gritando, con inscripciones pintadas en sus cuerpos que decían, por ejemplo, "Modelos, no vayan a un motel". Respeto que esta clase de personas tengan sus ideales, pero ¿cuál es el límite? ¿Dónde empiezan tus derechos a manifestarte y dónde comenzas a invadir el espacio de los demás? El contexto de esta irrupción era en un desfile. Diseñadores, modelos, vestuaristas, maquilladores, estilistas. Mas allá de que uno esté de acuerdo o no, esta gente ante todo esta cumpliendo un laburo, viven de esto. ¿No es desubicado que vos irrumpas en pelotas en medio de un escenario en un contexto de gente que está trabajando y de otra que esta disfrutando de un desfile? No creo que haya necesidad de recurrir a un acto tan llamativo para lograr manifestarte. Estás, además, denunciando a las mujeres que son tratadas como objetos y te desnudas para eso. Y sin mencionar el echo de que siempre en estos casos, son las chicas con mejores cuerpos, mejor forma y apariencia física, las que se desnudan por la causa. Que irónico, ¿no?

Pero vayamos mas allá, tomemos el acto específico de la desnudez. El reciente "destape femenino" (vaya a saber por quien fue impulsado) te "obliga" a mostrar, a parecer deseada y para eso, la sociedad te invita a "ser vos misma" mostrándote "tal cual llegaste al mundo". Las chicas que llevan este estilo de mostrarse, nunca se pusieron a pensar ¿Y si fue un hombre el que inventó eso de ponerte en bolas como medio de autoliberación para ver mas tetas y culos por la vida? ¿Y si están siendo parte de un engaño promovido por la publicidad engañosa? ¿Y si, en realidad, son esclavas de un sistema que disfruta ver a la mujer reducida a eso? ¿Y si, en vez de desnudarse contra la objetización de la mujer, resulta que en realidad solo la están promoviendo?

Por eso me dan risa los extremos. Feministas que creen que imponiendote su visión del mundo de la pobre mujer sometida, cuando en realidad caen en el extremo de lo que quieren evitar: someter a las mujeres que no son como ellas, discriminandolas, tachándolas de "llenar estereotipos". Hola, chicas: ustedes estan haciendo lo mismo.

¡Dejemos las diferencias! Creernos diferentes del resto no nos hace especiales. Nos hace alienarnos del mundo, perdiendo las oportunidades de conocer gente interesante. Ese es otro extremo: el de las chicas que se creen tan únicas e interesantes que no pueden encontrar similitudes con sus pares, quedándose solas. Creo que si nos diéramos una chance y dejamos los prejuicios, nos damos cuenta que en realidad, aunque parezcamos diferentes, en el fondo todas somos iguales. Vi una imagen hace poco, comparando dos chicas: una tirando al estilo rockero o rebelde, la otra mas "cheta" o mas a la moda. La imagen decía: Las dos son jóvenes. Las dos tienen su música preferida. Las dos tienen sus creencias. Las dos quieren ser respetadas.

Entonces dejemos los estereotipos, las reglas y normas. Vivamos según nos dicte nuestra conciencia y nuestro modo de ver la vida. Pero tampoco nos olvidemos que no estamos solos en este mundo, así como tenemos nuestro espacio para expresar nuestros ideales, también el otro merece su espacio, nuestra atención y respeto. Que lindo sería el mundo si dejáramos de estar tan encerrados y escuchemos a quien está al lado, sin temor a que su punto de vista solo pretenda cambiarnos o tapar lo que nosotros creemos. Solo porque el otro tiene ganas de ser escuchado. Como muchas veces nosotros también las tenemos. Y cuanto mas rico podría resultar un intercambio de este tipo, mas que solo escondiéndonos detrás de nuestras corazas o buscando la agresión de quien piensa distinto.

El otro día vi en el colectivo a una mujer con su hija. No habrá tenido mas de 6 años. Venían, evidentemente, de una clase de ballet de la pequeña. La mujer tenía muchas bolsas, seguro venía de shopping. La niña venía comiendo un paquete de papas fritas y parecía feliz. En un momento, bajan del colectivo otro par similar de madre e hija, con la diferencia de que la hija de esta segunda mujer tenía dos pulseras de colores. Inmediatamente después de que bajaran del colectivo, la mujer procedió a abrir una de las bolsas de compras que tenía y sacó una pulsera similar y sin preguntar, se la colocó a su pequeña en el brazo izquierdo. Ella miró la pulsera embelesada. Y después de un rato, siguió comiendo tranquila sus papas. Y así debería ser la vida. Dale una pulsera a tu hija. Y déjala ser feliz comiendo sus papas fritas..




El mito de las "otras chicas": Cuando decis que no sos como las demas chicas, significa que percibiste un conjunto de reglas (como vestir, como actuar, como volverte una mujer) que vos crees que no se aplican a vos.Pero las reglas son arbitrarias. Están socialmente determinadas. No deberían aplicar a nadie. Las "otras chicas" no son parecidas entre si.Pensa en cambio acerca de la inequidad politica, social, economica y cultural en cada nivel. Acerca de la misoginia internalizada, culpa a las victimas, el standard de belleza.Enojate, divertite, se inteligente. No te apartes de las demas. Se como las otras chicas, pero tambien celebrá tu diversidad.El patriarcado creo esta cultura, y no podemos desmantelarla solas.