19 de noviembre de 2012

13 de noviembre de 2012

Chau.

Cuando la dinámica de una relación se quiebra, es difícil volver atrás, mas que nada porque uno siente el desengaño. Si esto se da, es porque una de las partes falló o viene fallando en cumplir su papel dentro del vínculo que los une.

Si uno elije salir de ese vínculo, ¿se puede considerar una traición? El que avisa no traiciona, y yo te estoy avisando a mi manera. Es cierto que ignorar no es solución a nada, pero cuando el vínculo justamente se basa en no dar explicaciones a la otra parte, ¿qué es lo que delimita la justificación de nuestros actos?

¿Es posible una relación dónde no haya involucrados sentimientos de ningún tipo? Estoy comenzando a creer que no, que a la larga, siempre una de las partes termina involucrándose mas que otra, pretendiendo mas, algo que el otro no está en condiciones de dar.

Porque no quiere puede.


¿Hay que castigar a quién se cansó de dar sin recibir nada? ¿Merece castigo esa parte que nunca se quejó y aceptó las reglas del juego sin exponerse ni exponer a nadie? Y ahora que me cansé, ¿por que no pueden dejarme en paz? Es MI cuero. Y yo decido que hacer con él y que no.

Quisiera que fuese más fácil, esto de decir que no. Quisiera que los demás no sean tan egoístas y entiendan que me cansé de dañarme. Quizás el vacío no sea un lugar normal, quizás yo merezca mas. Creo firmemente que estoy en mi derecho de rellenar mi vacío de formas mas productivas y no perdiendo el tiempo con ustedes, chongos de mi corazón.

Espero que algún día, lo entiendan.





5 de noviembre de 2012

¿Se quejan de estar en la friendzone ?



Intenten estar en la 'he-doesn't-even-speak-to-you-zone'.


"Ayer estaba viendo porno por Internet".

"Ayer estaba viendo porno por Internet. El tipo peló una pija de 25 cm. y le daba con todo a la mina. Bah, que digo mina, si debía tener unos 15 años pero ¡viste que se maquillan y quedan como de 25! Igual, como le brillaban los ojos a la hija de puta, eh..."

Hombre de 50 años a un mozo, Cafetería de la Galería Junín, 9 de Julio y San Lorenzo. 06:40 a.m.



3 de noviembre de 2012

Vestido de cumpleaños (tirado al fondo del placard).

Para mi cumpleaños, me compré un vestido nuevo. Blanco, ajustado, muy provocador. A primera vista no parecería algo que yo usaría, pero tenía una idea en mi mente de como quería lucir esa noche. Y el vestido se correspondía a lo que quería mostrar. Una mina nueva, fresca, mas delgada. Una mina superada.

Ahora el vestido se encuentra tirado, en el fondo del placard, esperando una nueva oportunidad para salir al mundo. Lo que el vestido no sabe es que eso no va a pasar. Ese vestido, que me compré de apuro la tarde de un viernes 16 de marzo, no lo voy a volver a usar nunca mas. En parte porque no me gusta como me queda. Pero mayoritariamente, porque no me gusta lo que representa. Me veo en el vestido y no soy yo. Sólo lo usé una vez, pero es sorprendente cuando te marca algo que sólo haces por un tiempo. Y cuando te das cuenta y ya no lo querés mas, igual sigue ahí, como un recordatorio de que alguna vez lo quisiste.

Ojalá las cosas que ya no queremos que formen parte de nuestro presente fuesen tan fáciles de desechar como un vestido que ya no tenemos intenciones de utilizar: guardándolas dentro de un placard. Lejos de todos y sólo a nuestro alcance, cuando queremos recordarlas porque sirven como ejemplos de algo que ya no necesitamos. 

Pero las cosas no son tan sencillas, ¿no?