Estoy comiendo muy poco otra vez. Desde el domingo siento que no tengo apetito. O por ahi lo tengo pero luego no quiero comer. Es como que mi estómago se cierra cuando comienzo a comer. Pero ojo, no lo hago a propósito, es como un mecanismo que se pone en marcha en el instante en el que hay comida en la boca. Y siento que si como más de la cuenta, me entran ganas de vomitar. Reitero, nada de esto es intencional, sale solo. O capaz es de manera inconciente.
Yo no suelo ser así, a mi me gusta comer. Disfruto del placer de las calorías (ok, siempre que no sea exagerado) necesito mi plato semanal de pastas, de porquerias, de pizza, helado. ¡Amo el helado! Y cuando trajeron helado, no lo quise comer. No quise comer helado. La apocalipsis existe y comienza ahora.
Pero más allá de eso, es como que ya está incorporado. El domingo me levanté con una lija pero cuando me senté a comer, probé 3 bocados y no quise más. Pero no era yo, era mi cuerpo el que rechazaba la comida. Ayer no comí mucho y no creo que la cosa mejore en los próximos días. Se siente raro.
Hace sólo unas semanas, mi desayuno consistía en un yogur con bundín y ahora estoy peleando para terminarme el pote de yogur si quiera. Veía una hamburgesa en alguna propaganda de T.V y me daba hambre y ahora ni eso.
Simplemente nosé, no tengo hambre. Y no me gusta.
2 comentarios:
supongo que ya si lo pones asi, no me gusta tampoco. yo creo que estoy comiendo por las dos, blda.
Rutina quizás sea la causa del problema.
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