17 de enero de 2013

Mi verano.

Mi verano se reduce al calor. Los días giran en como evitarlo, más que evitarlo, cómo palearlo. Porque el calor es un herpes. Nunca se va por mas que quieras, siempre está ahí, molesto, en el medio de la cara. Para que se vaya bien y cicatrice, hay que esperar a que su temporada venza.

Y así es mi verano. Mi verano es lluvia salvadora, humedad, densidad. Una mezcla entre tranquilidad e insatisfacción. Mi verano es siesta de pueblo chico, a la sombra, sin mayores dificultades mas que matar a la mosca que revolotea el frutero y los restos de comida que nadie quiere levantar del almuerzo.

Mi verano es playa. Es salir. Toalla, loción, esterilla, tereré. Mi verano es la larga espera del colectivo que me lleva hasta la playa. La música que escucho en el celular, el kioskero al que le compro fuego, el pucho que enciendo esperando el dichoso colectivo que se hace esperar. Mi verano es la casa de mi compañera, punto de encuentro de los desolados. La ida en auto, buscar lugar para estacionar. La arena que quema, los cuerpos (im)perfectos bajo el sol, rostizandose. Mi verano es negrear. Y ser una mas entre el montón, que nos mezclámos en el agua, formando el mar de almas que sólo alguna vez se soñó.

Mi verano es reciclar. Mirar todas las pelis que tengo pendientes, los CDs que me faltan escuchar. Mi verano es la net. Los auriculres y la música, una vez mas, presente en todo mi lugar. Mi verano es la pileta de casa, El Crío retozando porque no quiere dormir la siesta, el ventilador soplando su latido veloz. Mi verano es la cerámica del piso, donde me refugio cuando se corta la luz.

Mi verano es mirar por la ventana. Sacar fotos a la nada, sacar fotos al techo, al cielo, a El Crío, a mi migo Ben. Mi verano es magia litoraleña, mi verano es la nada. Mi verano transcurre entre apuntes sin tocar, entre gatos que quieren entrar a mi casa de imprevisto y sin que hayamos tenido la oportunidad de limpiar para resivir a las ilustres visitas. Mi verano son mis perros, ladrando ante cada desconocido. Mi verano es mamá laburando mañana y tarde, papá volviendo y huyendo de su alma, y El Crío y yo, juntos. Como no podemos estar en todo el año. Nos volvemos a unir, para luego separarnos y así.

Creanlo o no, mi verano es el mas tranquilo de todos los veranos que tuve desde que tengo 17 años. Pero no es enteramente por elección.

Si por mi hubiese sido, este verano iba a ser diferente. Este hubiese sido nuestro verano, el verano para conocernos. El verano para que me cuentes sobre vos, sobre tus miedos, sobre todo lo que pasó estos meses, sobre esa noche de Halloween donde te abriste ante mi, para luego volver a cerrarte y simplemente decirme adios. En mi mente, en este verano tendríamos que estar teniendo un cita, tomando helado en una plaza, corriendo por la costanera, mirando pelis, cocinandote una tarta de manzana.

Dándonos el primer beso una noche estrellada con 38°. 

Pero vos decidiste que no fuera así. Este iba a ser nuestro verano. Pero se volvió mi verano, así, sola. Por que es lo que estoy, estoy sola. Tengo gente al rededor, pero estoy sola porque es lo que he decidido (y vos también). Mi verano es todo lo que pasa lejos tuyo.

Qué cagada, ¿no?

4 comentarios:

VaLe... dijo...

Pero suena un Verano tan bonito, imagine todo y creo que hasta me dio calor y eso que aqui hace mucho frio.

Tu verano me parece envidiable.

JLO dijo...

tu verano comenzó con onda de protesta, luego pasó a placentero y finalizó melancólico... los veranos son hermosos, de disfrute en casi todo los casos...

y es tuyo, solo tuyo... no es poco.... salu2

Periférica dijo...

¡Gracias! Creo que esa es la definición exacta: bonito. Agradable a la vista y a los sentidos pero sin mayores dificultades.

Por lo menos la entrada te dió calor y podes tomar chocolate caliente, desde donde sea que te encuentres :P

Periférica dijo...

Me gustó esa escalada... coincido con su visión jajaja.

Sí, es mi verano, y de alguna manera la voy remando. Y si hay algo que aprendí es que los veranos nunca se parecen al anterior. Por eso son únicos.

Y dignos de vivenciarlos.

Saludos!