- ¿Querés probarte/comprar algo? ¡Avisame nomas!
- ¡Gracias! Estoy mirando..
Me pasa de sentirme como que estoy constantemente yendo de compras, pero no tengo mucha plata para comprar algo de verdad, entonces me quedo con la idea de comprar ni bien tenga o de simplemente admirar a lo lejos.
Es una perfecta metáfora de lo que es mi vida.
Asomando tímidamente mi cabeza por el agujero, como una flamante Alicia queriendo ver por la rendija del Extraño País, me levanto y voy a la cocina. Abro la heladera, miro adentro, cierro. Vuelvo a la pieza. Salgo afuera, miro el patio, cierro. Salgo a la calle, observo al rededor, el verde, las parejas (que últimamente parecen multiplicarse como los panes y pescados), la lluvia. Sus ojos. Me Cierro.
Ando mirando mucho y haciendo poco. Coqueteando con ideas, nunca concretandolas. Bueno, unas cuantas ya las llevo hechas. Y se siente bien. Porque seamos sinceros: si cumpliéramos con TOOODO lo que queremos, si nuestras expectativas se llenaran, ya podríamos apagar la luz, porque en ese momento la vida termina. Es un ciclo que se repite, nos proponemos cosas, hacemos algo para que se cumplan (o no), se cumplen o no. Y volvemos a empezar.
Eso es lo que nos hace iguales, humanos. El observar. El buscar.
Mirar por la vidriera a ver si hay algo en el mostrador. A la expectativa de que aparezca esa oferta a la que no nos podemos negar.
En eso específicamente soy me volví muy buena. Nunca me detengo, nunca paro de buscar. Hay momentos en que se exactamente lo que quiero. Y hay otros en que dejo que la vida me lo imponga o me empuje a saber que está ahí para mí.
En este momento particular , creo que por primera vez en mucho tiempo, no sé lo que quiero. Tengo muchas cosas. Tengo muchos elementos para concretar algo. O nada. Tengo todo pero no se la dirección en la que dirigir mis esfuerzos.
¿Me ayudan a descubrir cuál es?
Pd: Prometo intentar no desaparecer(me) tanto esta vez.