Toda acción debe tener una reacción.
Siguiendo esa lógica, es que decido dejar que el lindo lío quede en eso.
Ayer salí de un taller literario y pensé en ir a La Reina, comprarle brownies, masitas, pepas, etc y llevárselas al kiosko donde labura.
Estaba caminando cuando me dí cuenta que no.
No.
Eso es de novia.
Yo no soy su novia.
No puedo ponerme en ese lugar, a menos que él me ubique allí.
Y, ciertamente, no lo hace y creo poco probable que lo haga.
Me ví entonces, considerando perder mi tiempo y mi plata en otra persona que no soy yo.
Otra persona a la que le chupa tres huevos mi existencia, excepto cuando le conviene.
Lo cual no está mal, sino fuera porque le dí mas importancia de la que debiera tener.
Así que me dí media vuelta y me compré ropa.
Para mi. Para nadie más.
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